POEMAS AGONICOS

POEMAS AGÓNICOS Cristina Bosch

NO TE HA DE SALVAR

No te ha de salvar, no,
aquello que tu pasión teme:
-Eres centro de tu propio laberinto-.
No te ha de salvar la agonía
de los otros, al declinar la tarde.
Polvo ha de ser el concepto escrito
por tu mano
y el verbo emitido
por tu boca.
No habrá lástima en el Cielo.
Y el silencio de Dios es infinito.

RECORDARTE DURMIENDO

Recordarte durmiendo
es un acto común y cotidiano.
Es imponer entonces tu silencio
a mi alma incandescente de dolor.
Es pensar que soy “nadie” ni “nada“,
ya que tú finges “no verme ni sentirme”.
Es inquietar mi eternidad
de zozobras y pesares.
Es darle al tiempo un vacío
e infamar mi nombre en el olvido.

DESTEJER EL UNIVERSO

Destejer el universo.
Quiero olvidar mi nombre
mis abuelos y mi sangre
mi pasado -la cultura
los estudios- los caminos
las causas y tabúes
las sonrisas ficticias
y lo que es peor aún: lo que amo.
Destejer el universo.
Olvidarte un día,
sentir que no existes.
Desandar el recuerdo,
desollar el olvido
Saber que no fuiste.
Y recuperarme entonces
tejiendo yo el presente.

ME RESIGNO A LA JUSTICIA

Me resigno a la justicia.
Bajo la luz de la costumbre
muchas dan su vida y los dioses
los acogen tiernamente.
Yo erré oscura el camino que odio:
renuncié a mi honor
traicionando a los míos
a mi familia y a mis hijos;
compré la amistad de los más cautos
y abolí la ley del Cristianismo.
He ejecutado un acto irreparable.
He establecido un vínculo
con tu alma.

DESPUES

Después …
No sé qué pasará
con tu ternura
y mis ansias de amarte
todo el tiempo.
no sé qué pasará
con tus caricias
y los besos
y el silencio
y nuestra risa.
No sé qué pasará
con el primer instante
de tu ausencia
ni con todo este caudal
de gran angustia
que gemirá tu nombre
en el desierto.
No sé que pasará
la noche
la tarde
el día que te vayas y no lo advierta.

LA PUERTA

En algún lugar del mundo está la Puerta,
aquélla que no abriste,
aquélla que persiste entrecerrada
a través de tu destino,
como lápida inclemente y asesina.
No te acerques con tu ofrenda inconclusa
a esta Puerta -que es de plomo-.
No es pregunta ni respuesta
de las Puertas que elegiste no pasar.

SI ES VERDAD

Si es verdad que
el concepto es arquetipo del objeto,
n las letras de tu nombre está mi vida
y en el amor, el sentido de mi nombre.

LA TARDE

La Tarde ha muerto.
Siento angustia y frío.
Un oscuro laberinto
me sonríe
invitándome a resolver
mi enigma.
Otras tardes se suceden
a otras noches,
en abismos infinitos
sin ternura.

HAS PERDIDO LA MEMORIA

Has perdido la memoria.
No reconoces ni mi voz
ni el latido ágil
de mi alma errante.
Has olvidado
inolvidables cosas.
Incluso mi pasado,
sobre el cual me inclino.

OBJETOS

El Citröen, el amor, los cigarrillos.
el bermejo portafolio, las caricias,
el oscuro laberinto de tu risa,
el llavero, el breve tiempo
de la ausencia y los adioses.
Tus ganas de alejarte y de quedarte,
la indecisión continua de tus dudas.
La solución final, abrupta, escueta,
la pasión consumida en un suspiro:
mi discurso, tu reacción y nuestra muerte.

DESCUBRI OTRO CALOR

Descubrí otro calor
en los minúsculos rincones de tu cuerpo.
Descubrí un lenguaje nuevo -al lado tuyo-
en la forma de callar
y de mirarme
y en la forma de plasmarme
tu ternura.
Descubrí que odio el tiempo
y el espacio;
que deseo amanecer
junto a tu alma.
Que puedo acercarme al Infinito
con la sola presencia de tu beso.
Y que no me importa “ser”
sino que “sientas”
con la misma intensidad
que yo te siento.

EN MI MENTE ESTÁS TÚ

En mi mente estás tú
… ¡Y tú me olvidas!
Nuestros cuerpos se acoplaban
en silencio.
Nos tuteábamos al sol
de piel a piel.
No recuerdo tu íntegra
presencia:
memorizo el nombre,
la palma de tu mano
tu voz y tu cadencia.
En el cielo arderá
sin un gemido
lo mucho que perdí,
que estoy perdiendo

NO VUELVAS A MI CUERPO

No vuelvas a mi cuerpo
por las piedras antiguas.
Imagíname muerta,
-lejos tuyo-
en los confines de los otros,
en dimensión ajena
A tu pasión y a mi olvido.
Mi alma caerá entonces
de rodillas,
recordando solamente
aquello que amo.

NO PUEDO

No puedo agradecer ni los días
ni las noches que me esperan con tu ausencia.
No puedo agradecer las razones
que me llevan y me alejan de tu lado.
No puedo agradecerte la agonía
de este caos que soy y tú no adviertes.
Ni puedo agradecer la despedida
de aquel beso que me diste y no recuerdas.

NOSTALGIAS

Recuerdo el ámbar cristalino del almíbar,
las violetas, los jazmines y las rosas.
Recuerdo un do profundo en el aljibe,
el mensaje que me habías obsequiado,
nuestros ojos y su encuentro,
el punto culminante del deseo
la asfixia de sentirse solitario
los faroles orientales de las citas
el tiempo breve, tu voz y la distancia.

DENTRO DE TU CORAZON

Dentro de tu corazón
queda el silencio
y la espina de haberme
acariciado.
He sido un sacrificio
inútil.
Tienes la obligación
de amarme.

MAS ALLA

Más allá del azar y de la muerte,
oscuro, adormecido en la memoria,
Entre patios y jazmines y magnolias
Percibo el círculo vedado e infinito
De tu tiempo, tu voz y mi agonía.

KHARIS

Comprenderte
Suponerte
Acariciarte.
Estudiarte
Explicarte
Armonizarte.
Contemplarte
Consolarte
Enamorarte.
Observarte
Sonreírte
Adorarte.
Son kharis
Que te ofrezco
Para amarte.

SI DE PRONTO

Si de pronto te acarician mis pupilas
Y sonrío tibiamente, sin calor.
Si un espasmo persistente me anonada
Al sentirte distanciado de mi mente.
Si recuerdo los bemoles del pasado
Y me inquieto del futuro, vago, incierto
Y no puedo ejecutar un acto nuevo
Y balbuceando repito el mismo tema,
Es que torno a consumirme cada día
En vacíos y oscuros Laberintos.

NADA

Ya no me importa nada.
Nada, fuera del vacío,
el tedio, la desazón,
la angustia.
Nada fuera de ti.
Nada que no seas tú
y este certero alarido.

YA NI TE RECUERDO

Ya ni te recuerdo.
He perdido la imagen
de tu límite,
entre el polvo y la neblina.
Olvidé casi
el timbre de tu voz
y las palabras.
He extraviado el contorno
de tu espacio.
Te vas desvaneciendo
y no te encuentro.

EL BESO

Mi boca sigue besando:
besa entre reja y reja,
besarán mis labios muertos,
seguirán besando tierra.

VEN

Ven, acierta lo efímero, lo imposible,
lo que nunca te animas a dar por terminado.
Ámame ya, en lo profundo,
desde el cielo hasta el abismo
y lo secreto,
donde todo mi ser claudica en nada.

LA VERDAD

Hoy diré la verdad:
he dejado ya de extrañarte.
Tu labios se me antojan dos ácidos racimos
que se escarchan contre el hielo.
Estoy hundida
-es cierto-, hace frío:
-lo que lastima es el pecho-.
No tengo tu mirada
para amarme
ni tu boca para verme
en cada labio.
He dejado de amarte
-es cierto-
entre tiempo y tiempo.
Si me tocas ni te siento
ni me encuentro:
quiero entroncarme en nada.
He dejado de amarte.
Eres sombra y miedo
Y un recuerdo vago.
Heló el alba
que empezamos a odiarnos.
Regresé herida
de la cumbre al valle.
He dejado de amarte
-es cierto-
pero, en fin, si vuelves,
volvería.

No hay comentarios: