POLVO DE ESTRELLAS

POLVO DE ESTRELLA Cristina Bosch
Prólogo

Llamé una vez POLVO DE ESTRELLAS al acto de amar.
Fue así. Fue un plena realidad.
El amor en brazos de mi amor fue siempre un acto
De misticismo, de apertura y entrega total.

DE TODAS MIS PASIONES

De todas mis pasiones
no salí vencedora.
No importa;
El que perdió fue el otro
que no pudo donarse
ni puso desligarse
y afirmarse en mi ser.
Yo me doy siempre igual.
El que no toma este amor, pierde.

MIS VERSOS

Me dieron la inmortalidad
y en eso estoy.
Son casi sombras de mi musa
fecunda.
Atraviesan mis tardes
apoyándose en las metáforas
rectas y puras.
No temen mi muerte.
Alguien los encontrará
y usurpará el polvo de mis estrellas.
Han de flagelar caminos.
Pondrán en mí lo que yo soy.
Resucitará asombrado mi ser
y se disolverá de nuevo
en polvo y estrellas.

JUICIO FINAL

Noche cual un abierto Juicio final.
El nudo de mis recuerdos
me detiene
herida, abierta al cielo.
En la hondura de mi ser
ardió un dolor
persistente y silencioso.
El mundo inteligible está a mis pies:
me estorban los halagos
y las tartufas alabanzas.
Toda la luz de mis días está
en mis versos.
En las zanjas se aquieta
la distancia; en las tapias azules,
mis estrellas. Ya no sé si eres tú o eres Dios.
Mi universo eras tú y eso es todo.
Me dueles tú -ese hombre-
En todo el cuerpo.
(Los dos últimos versos son similares a un final de cuento de J L Borges).

LO SÉ

Lo sé, lo supe siempre.
Esta herida sangra presto
en el espacio ácido
de mi alma errante. Y se ciñe densamente
y me lastiman las palabras.

DILEMA

Estás tú vivo
O estaré yo muerta?
Muerto convives
O viva muerto yo?
Si estás muerto
Estás ausente-
Te quito los predicados-.
Eres un ser sin ser.
Eres un medio ser
ajenos a mis pensamientos.
El dilema está
en sentirme viva
-repartiendo esta esperanza-
creyéndome Ser
sin ser.

ADVERTENCIA

No arriesgues tu vida -temerario-
en inútiles trasgresiones
u olvidos voluntarios:
lo esencia de la vida es
el asombro y
ser en el Topos Uranos,
Tambaleante esperanza
que se yergue
contra toda envergadura
-donde no existe un castigo
ni el perdón-

ALMA TEMERARIA

Alma temeraria y vanidosa,
aquieta tu desasosiego.
Eres tú misma el otro -ese espejo
en réplica insolente
que se yergue frente a ti
sin raspadura-
mientras no alcanza
ni el tiempo ni el espacio
para que otros -que son-
sean.

DIVISÉ

Divisé allá
en la hondura,
distanciado del poniente,
mi pasado:
presente sin futuro.

ENTREGA ABSOLUTA

Está bien: seré sumisa.
Necesitas mi obediencia
en la hora del dolor.
Una fe con dogmas puros,
la presencia y los olvidos,
el amor sin los gemidos,
la pasión sin la agonía:
que te adore, que te ame,
que me clave a tu rigor.

AMÉ

Amé por la necesidad
de quitarme la abulia
que oprimía mi hacer.
Me abandonaron.
No por ello
claudica mi ser.
Sigo esperando.

INTIMA PERSONALIDAD

Feroces y ásperos ciclones.
Escombros en desorden.
Volcanes iracundos.
Temporal ruto y hosco
que, en declive, sedimenta
fango.
A lo lejos
-a veces-
espaciadamente,
estériles silencios.
-¡Charro resplandor sin luz!-

MI SONRISA

Mi sonrisa refleja mi tedio.
Mi rumbo claudica en la nada.
Quedé seca -a mitad
del horizonte,
con la mitad de mí misma-.
Sin esperanzas.
Desarmada.

JAMÁS

Jamás sabrás
-amor-
como quise
-amor-
salvarte,
salvar tu amor
del desacuerdo,
salvarte entre
mis tormentas.
Háblame, sonríeme
y no me digas nada.
Es el amor: es el misterio.
El amor vive entre nadas.

NO PUEDO MIRARTE

No puedo mirarte.
No estás al lado mío.
No logro aferrarme a
tu labio dormido,
sin ira, sin resabios,
sin nada que ofrecer
o rechazar.
Sonrío despiadada
a tu sombra etérea
y sé que te perdí, te pierdo
y me has perdido.

EL DIA QUE TE VAYAS

El día que te vayas
habrá otro labio presto
para besar mis sienes,
albas y crepúsculos
que ansíen mi ser ;
Un par de manos ávidas
en plasmar mi cuerpo
y un fantasma níveo
donde apoyar mi mente.
Y yo estaré tumbada
como siempre
como ahora
y gemiré diciendo:
¡No siento!

PARA MEDIR EL TIEMPO

Para medir el tiempo de los muertos
se necesita haber librado
una batalla rigurosa
en negras noches
e inciertos pantanos.
Tú y yo movemos el tablero
buscan otro Dios detrás de dios,
para así plasmar su tiempo y
su agonía,
rasgando el reflejo de su Ser
más allá de nuestro amor.

AL LADO

Al lado de una cruz -la tuya-.
Yacen así las tumbas de los muertos.
Todas horizontales, blancos féretros de
mármol, roble, petiribí o cedro.
Enorme cajas vacías,
sólo hueso, sólo escoria,
sin alma, sin ser de veras.

DIA QUE DERRUMBO UN ADIOS

Día que derrumbó un Adiós,
donde ni labios ni abrazos
pudieron apañar culpas
t olvidos.
Inevitable tiempo que
desborda laso y lento.
Ya no existe la luz.
La noche es urgencia.
Partimos, sin saber
que infinitas horas
acechaban nuestro tiempo,
consumiendo la esperanza
del regreso.
Y nos fuimos, sin sentir
que era el adiós.

PREFACIO PARA UNA TUMBA

Escondió su fervor en vida.
La humildad fue el habitat de su orgullo.
Concibió la castidad en sumo gozo,
desechando sus lejanas añoranzas
en prosa rígida y disciplinas rigurosas.
Dios -a cambio- le cedió su gloria.

(Este prefacio está dedicado a una Carmelita Descalza, que prefirió morir en el anonimato).

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