VIRGINIA WOOLF

Cristina Bosch

Virginia Wolf


Hija de un crítico y biógrafo, figura predilecta de fines del siglo XIX, personaje adorable, terrible y rebelde, creció en el ámbito libre y culto, formado por artistas educados en Cambridge. Se expresaba de este modo: “Lo más importante que podemos conocer son ciertos estados de la conciencia, que pueden describirse aproximadamente como el placer de las relaciones humanas o las satisfacciones que producen cosas bellas. Sólo a través de estas dos sendas encontrará cada cual la justificación en la virtud, el último y razonable fin de las actividades humanas y el único criterio del progreso social”.
Al casarse con Wolf fundan una editorial donde imprimen los libros más selectos. Escribe dos novelas con la técnica tradicional, adoptando luego la nueva técnica, que en un principio rechazó: El Monólogo Interior.
En sus últimas novelas, EL CUARTO DE JACOBO, LA SRA. DALLOWAY y AL FARO se perfila el carácter autobiográfico. Ciertos críticos aseguran que toda su obra es una gran novela con una sola protagonista, pese a los diferentes nombres que serían simplemente máscaras de la misma autora. Sus novelas reflejan a ella misma; decía: “puedo inventar situaciones, no temas”. Su contribución literaria fue escribir una misma obra, una misma belleza, desmenuzando su personalidad en dispersos fragmentos cristalinos que nos muestran su compleja personalidad en dispersos fragmentos cristalinos que nos muestran su compleja personalidad. En una pluralidad de momentos aislados amalgamados por su imaginación. Es la técnica del puntillismo –una variedad del Impresionismo- como una ducha de imágenes y sensaciones.
Sin embargo, terminará por sentir la opresión del enorme peso de lo inexpresado y llegará a la impotencia de Mallarmé o al torturado ajedrez de Joyce. Su último libro refleja dispersión y un ansia de unidad.
En 1937 retoma una técnica más realista, narrando la historia de una familia que abarca tres generaciones. En LAS OLAS, alcanza el límite del lirismo en prosa; es un poema sinfónico de seis personajes. En ENTRE ACTOS esboza a los personajes como formas cambiantes de dolor más que caracteres en sí mismo. Es la sensación de lo fútil, lo irrealizado extendido en estas páginas. Ante las señales de una guerra inminente, ya próxima –qué podían representar los delicados momentos de belleza frente a las inmanaciones de la tragedia?-.
Poseída por esa desesperada sensación de angustia, de tremenda y vacua futilidad, Virginia Wolf no pudo resistir los altibajos de su inestabilidad mental y artística, finalizando sus días con piedras en sus bolsillos, a fin de hundirse en el río elegido.
La ruptura entre el pasado y el presente le costó a la Literatura el holocausto de esta eximia escritora.

Maria Cristina Bosch.
E-mail: mcbosch2002@yahoo.com.ar

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